Actualmente vivimos en la era de los edificios fabricados en serie, donde la prefabricación se ha convertido en la norma. La rapidez y la eficiencia son elementos que los propietarios de edificios exigen a las empresas constructoras para reducir costes y hacer el trabajo rápidamente. La prefabricación en sí misma ha cambiado con los años. En el pasado, sólo se trataba de paredes y superficies prefabricadas. Ahora, sin embargo, puedes pedir una habitación entera prefabricada y lo único que tienes que hacer es colocarla en tu proyecto de construcción.
La prefabricación ha aumentado su popularidad en los últimos años por un par de razones fundamentales:
No se deje engañar por la idea errónea de que la construcción prefabricada produce diseños genéricos o de tipo galleta. Prácticamente sigue el mismo principio que la construcción tradicional en el sentido de que los planos y diseños arquitectónicos siguen siendo la base de la construcción. La única diferencia es que los elementos de construcción se crean fuera de la obra y se ensamblan en su lugar como piezas de un puzzle.
Otras tecnologías acabarán superando a la prefabricación en el futuro, pero mientras tanto, la prefabricación está llamada a convertirse en la práctica habitual en la construcción.